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EL ENGAÑO
Gênesis 3.1-4

 

Génesis 3:1-4: "La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que le preguntó a la mujer:

--¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?

--Podemos comer del fruto de todos los árboles --respondió la mujer--. Pero, en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: 'No coman de ese árbol, ni lo toquen; de lo contrario, morirán'.

Pero la serpiente le dijo a la mujer:

--¡No es cierto, no van a morir!".

¿Alguna vez fuiste engañado y después te dio mucha bronca? Génesis nos explica el proceso del engaño desde el comienzo hasta el final. Oro para logres entender lo que a continuación te voy a soltar para que amplíes tu visión.

Génesis 1 y 2 relatan la creación. El Capítulo 1 es una visión panorámica de la creación del universo, de los animales y del hombre, mientras que el Capítulo 2 pone el foco en Adán y Eva, en lo que sucedió en el jardín del Edén. El Señor me dijo que de esa manera debés que ver la historia y tu vida: tenés que mirar las cosas de cerca, como haciendo zoom con una cámara, pero también tenés que saber tomar distancia para ver toda la historia y entender el plan del Señor de principio a fin.

La serpiente fue astuta y engañó a Eva. Analicemos algunas características de las personas que engañan:

 

En primer lugar tenés que prestar atención a la mirada. Las personas que quieren engañarte suelen mirarte insistentemente, no te sacan los ojos de encima como señal de intimidación. A veces sucede todo lo contrario y ni siquiera hacen contacto visual. Se calcula que en cualquier conversación normal, el 60% del tiempo las personas nos miramos y el otro 40% miramos para otro lado.

 

Cuando alguien no te mira en ningún momento, tenés que tener cuidado.

En segundo lugar hay que observar el tono de la voz. La gente que engaña habla más alto que el resto del grupo para hacerse notar o bien, más bajito, para victimizarse.

Otro elemento interesante es la postura corporal: por ejemplo, si al sentarse se "desparrama" en el sillón y no existe una relación de confianza, esta persona está mostrando que el otro no le importa en absoluto. Los manipuladores suelen jugar con la lapicera o mirar la televisión mientras les hablás como una manera de decirte: "No sos importante; no me interesa lo que estás diciendo".

Génesis 3 nos muestra que Satanás es el rey de los engañadores. Veamos algunas de sus características:

 

Está escondido: Satanás es un ángel caído que en su momento lideraba la adoración. Pero Satanás quiso ser como Dios, y como el Señor lo echó, se escondió en un animal. La gente manipuladora se esconde detrás de máscaras: parecen muy buenas personas, inteligentes, espirituales y súper seductoras, pero un instante después muestran su agresividad. Su objetivo es engañar, por eso es importante que nos demos tiempo para conocer a la gente.

Siembra cizaña: Satanás entró y les dijo: "¿Así que Dios les dijo?...". Si él quería saber lo que les había dicho Dios, ¿por qué no le fue a preguntar al Señor? Porque era chismoso. Tené cuidado de quienes vengan a pedirte información de tu vida o de otros ya que probablemente sean manipuladores.

Siembra duda: Toda persona que introduzca sospecha o deforme lo que haya escuchado te va a manipular.

Deforma lo que escucha: Dios le dijo a Adán y Eva: "Coman de todos los árboles, menos del árbol del conocimiento del bien y del mal", pero el diablo les cambió la frase: "¿Así que Dios les dijo que no coman de ningún árbol?". El manipulador dice que vos dijiste lo que no dijiste, altera el sentido de las palabras, enfatiza lo que quiere, siembra confusión y descalifica a través de comentarios indirectos. No creas todo lo que te dicen; no importa quien te lo diga, el único que dice la verdad es Dios. Tenés que aprender a creerle sólo al Señor, ya que Su Palabra es la única verdad.

Satanás engañó a Eva por su incredulidad, pero Adán fue desobediente, ni siquiera hubo que engañarlo. Ellos conocían el bien por experiencia porque vivían en el jardín del Edén donde todo era perfecto y hermoso. Sin embargo, Dios no quería que conocieran el mal por experiencia sino por revelación. Por eso Él, aunque ellos no sabían lo que era la muerte, les dijo que el día que comieran del árbol del conocimiento del bien y del mal, morirían. ¡No tenés que morirte para saber que la muerte es mala! Robar, engañar, cometer adulterio es malo; hay cosas que por revelación, por teoría, sabés que son malas y no necesitás experimentarlas.

 

Pero cuando Adán y Eva comieron del árbol prohibido se activó la maldad y ahora empezamos a conocer lo malo por experiencia. El plan de Dios era que conozcamos lo bueno por experiencia y lo malo por revelación, pero cuando ellos comieron, se apartaron de ese plan original y tenían que morir. Pero apareció Cristo dijo: "Yo voy a morir en su lugar". Él se ofreció para cumplir la única ley que existía en el Edén: "El día que me desobedezcan vendrá la muerte". Dios mató unos animales como símbolo de que un día Cristo vendría a morir por nosotros.

Hay una historia verídica muy interesante que grafica lo que Cristo hizo por nosotros. Un muchacho mató a una persona y fue al departamento de su hermano, a quien le pidió que intercambiaran sus ropas. Cuando la policía llegó, arrestó al hermano inocente. Tras ser enjuiciado, este hombre terminó sus días en la silla eléctrica. Pasaron varios años y debido al fuerte remordimiento en su conciencia, el verdadero asesino terminó entregándose ante el juez: "Señor, mi hermano nunca hizo nada. ¡Yo fui el asesino!, ¡yo merezco morir!". Después de escuchar su descargo el magistrado sentenció: "Señor, usted está libre de culpa porque alguien ya pagó por usted." Eso es lo que hizo Cristo por nosotros. Él, siendo inocente, pagó por nosotros y así ahora estamos perdonados, bendecidos, ungidos y tenemos vida eterna.

 

Luego de que Cristo se ofreciera para morir por nosotros, Dios Padre le dijo a la serpiente: "Ahora va a haber una guerra. Tu simiente, el mal, va a pelear contra la simiente de Eva, la gente buena, de cuya simiente traeré al Salvador. Él morirá y te aplastará la cabeza". Satanás decidió evitar que naciera el Mesías. Él pensó que Abel era el Salvador, por eso sembró odio en Caín y lo llevó a matar a su hermano. Pero luego Adán y Eva tuvieron otro hijo llamado Set. Nuevamente, el diablo pensó que el Salvador era Set, pero si no era él tendría que matar a todos los que vinieran luego. En ese momento Satanás comprendió que lo que tenía que lograr era que no viniese el Salvador por la simiente de Eva, entonces comenzó a inspirar a las personas para desarrollar el mal.

 

Génesis 4 narra que Caín, uno de la simiente de la gente mala, fundó una ciudad; es decir, ellos tenían el poder del conocimiento, del saber. Más tarde, un señor llamado Lamec, descendiente de Caín, se involucró con dos mujeres, comenzando así a destruir el concepto de matrimonio. La Biblia dice que Lamec también mató a un anciano y a un joven porque lo estaban molestando.

 

Satanás introdujo el machismo, la violencia y el homicidio. La simiente mala estaba empezando a desarrollarse con el poder del conocimiento, de la violencia y del machismo.

Jabal, uno de los hijos de Lamec, fue el padre del ganado; es decir, tenía dinero. Ahora la simiente mala comenzó a desarrollarse con el poder del dinero. Otro de los hijos de Lamec, Jubal, inventó la música; es decir, ahora también se desarrollaba el poder de la cultura. Otro hijo de Lamec, Tubal Caín, fue el padre de la metalurgia. Por último, su hija llamada Naamá desarrolló el poder de la belleza. Es por todo esto que la gente mala muchas veces sabe más que nosotros. Ellos se enfocaron, por eso son los mejores músicos y los que tienen más poder. Satanás había dicho: "Voy a hacer que mi simiente desarrolle el poder del saber, del dinero, de la cultura, de la belleza".

 

Génesis 5 narra el desarrollo de la simiente de Set. En este capítulo vemos que nadie inventó nada. Y es que las personas buenas no tienen el poder del conocimiento, ni del dinero, lo cual explica por qué hay tantos cristianos pobres y por qué para aprender no tenemos que ir a un lugar cristiano sino a otro lado. La simiente de Set sólo amó a Dios, no obstante su descendencia escondía un mensaje. Set engendró a Enós, Enós, a Cainán, Cainán a Malalel, Malalel a Jared, Jared a Enoc, Enoc a Matusalén y este a Lamec, cuyo hijo fue Noé. Al poner en orden el significado de estos nombres en hebreo se descubrió que quieren decir: "Hombre enviado para morir con pena, el Dios bendito bajará enseñando y su muerte traerá a los desesperanzados descanso y consuelo". ¡Detrás de esta genealogía está escondido Cristo! Él sería el enviado para morir, el que bajaría, enseñaría y Su muerte traería paz a los desesperanzados. Detrás de la simiente de Set está escondida la promesa de que Cristo vendría por nosotros.

Génesis 6 relata cómo Satanás mezcló la simiente buena y la semiente mala. De todos los seres humanos que vivían en ese momento, los únicos que se salvaron fueron Noé y su familia: ocho personas en total con las que Dios comenzó de nuevo.

 

Satanás quiso mezclar lo bueno con lo malo para que no viniera Cristo, pero Él vino, pisó la tierra y se transformó en último Adán. El primer Adán trajo el pecado, pero el último trajo victoria y bendición. Entonces, Satanás trató de que Jesús peque, de que no fuera a la cruz. El diablo sabía que cuando Cristo resucitara formaría un ejército, una iglesia que traería victoria a la Tierra. A pesar de las artimañas de Satanás para evitar que Cristo cumpliera su propósito, Jesús murió, dijo "Consumado es" y al tercer día resucitó.

 

¿Sabés por qué en el Nuevo Testamento ya no hay más genealogías? Porque ya no hay que cuidar más la simiente. Ahora nosotros somos el pueblo del Señor, caminamos con Su victoria y le aplastamos la cabeza al enemigo. Somos la simiente de Cristo, su esposa, su cuerpo, su iglesia, sus columnas, y llevamos la bandera del quien venció a Satanás. Ya no le tenemos miedo a la muerte, al infierno, al pecado o a la enfermedad porque el que está en Cristo nueva criatura es. Las cosas viejas se fueron y todas son hechas nuevas.

 

Cuando los religiosos tomaron a la prostituta y la llevaron temprano al templo dijeron: "Maestro, la encontramos teniendo relaciones y la ley dice que tiene que morir, ¿qué decís vos?". Si Jesús les decía que la perdonaran y tuvieran misericordia, lo hubiesen apedreado a Él porque estaba negando La Palabra que decía que tenía que morir. Si, por el contrario, respondía: "Mátenla", lo hubiesen apedreado por no tener misericordia. La verdadera intención de estos hombres era primero matar a Jesús y luego a la mujer. Sin embargo, Jesús les dijo: "El que esté sin pecado, que tire la primera piedra", y todos soltaron sus piedras y se fueron. No pudieron matar a la mujer porque primero tenían que matar a Cristo, y como no pudieron matarlo, tampoco pudieron matarla a ella. Del mismo modo, la deuda, la enfermedad o la depresión te quieren destruir, pero para destruirte, primero deben destruir al Señor y como no pueden contra Él, tampoco pueden contra vos. Pablo dijo: "Mayor es el que está en mí que el que está fuera de mi". Si vos estás escondido en Cristo nada te puede tocar. ¡Ni la muerte, ni la vida, ni lo alto, ni lo bajo, te podrá separar del amor de Dios! Un día Cristo vendrá a establecer Su reino, la Tierra será resucitada y vivirás por siempre si has decidido amarlo y servirlo de corazón.

Jesús no vino a cambiarte de religión sino a cambiar tu vida. Al lado del árbol del conocimiento del bien y del mal estaba el árbol de la vida sobre el cual Dios había colocado una espada para que nadie comiera de él. Sin embargo, cuando Cristo resucitó, esa espada fue quitada. ¿Sabés a quién representa ese árbol? ¡A Cristo! Nosotros ahora comemos de Él, porque Él es la vida, Él es quien nos alimenta.

 

Hoy declaro que no habrá espíritu de engaño sobre tu vida y decreto que todo lo que te hayan quitado por estafas y engaños te será devuelto multiplicado por siete en el nombre del Señor.

 

Declaro que vamos a experimentar todo lo bueno, pero que lo malo lo vamos a aprender por revelación. Declaro que somos la simiente de Cristo bendito a quien Satanás no pudo vencer y por eso hoy vamos de gloria en gloria. Declaro que los que amamos al Señor traeremos a Sus pies a toda la gente buena que está clamando por conocerlo. Declaro victoria en el nombre de Jesús.

 

Amén.

 

Bernardo Stamateas

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